Febrero 03, 2012: Adiós a los viejos, en menos de 3 años millón y medio de acciones
Villa de Álvarez, Col.- Un buen día, poco antes de que llegara la primavera, de 2009, a estas tropicales tierras del Occidente mexicano, Emiliano se enteró, por el periódico, de la existencia de un programa del Gobierno que le permitiría cambiar su viejo refrigerador, con facilidades considerables, por uno nuevo de tecnología vanguardista. Ahorrador en el consumo de electricidad.
La noticia le cayó como anillo al dedo, ya que, aún en invierno, los alimentos que refrigeraba se le echaban a perder, porque el aparato no enfriaba. «Esa era una lata y un gasto bien fuerte, porque aquí, con el calor que hace, todo se pierde rápidamente». Este decir de Emiliano, lo respalda su familia, que no duda en acercarse al aparato para sacar un refresco bien frío y saborearlo en tragos cortos.
Emiliano Vicente Hipólito Flores estaba a punto de jubilarse en su trabajo de contador público, en aquellos días en que, como el mismo lo dice, «fui el primer mexicano en recibir (el 26 de marzo, en el parque Hidalgo, durante un acto público) de manos del presidente Felipe Calderón Hinojosa, el refrigerador número uno del Programa de Sustitución de Equipos Electrodomésticos (PSEE)», que en poco tiempo la voz popular lo acogió como Cambia tu viejo por uno nuevo y que en estos días llegó al millón y medio de acciones.
Ya antes había asistido al módulo de atención del Programa, para que su documentación estuviera en regla, y visitó la tienda de electrodomésticos, para escoger el refrigerador de su preferencia, que por cierto sigue pagando en bimestres, a través de su recibo de consumo eléctrico, con cargos de 156 pesos, en 24 pagos.
«El aparato se paga sólo, afirma Emiliano, porque además, ya no tiene uno el riesgo de que se echen a perder los alimentos, que cada vez están más caros».
Los números le dan la razón a este hombre, vecino de un barrio popular, Villas del Centro, con calles empedradas, bien barridas, y viviendas compactas de portales enramados por buganvilias violetas y amarillas. Antes de cambiar el viejo, Emiliano pagaba un promedio de 360 pesos bimestrales por el consumo de electricidad; ahora la cantidad es de alrededor de 350 pesos, pero esto incluye los 156 pesos de la letra del refrigerador.
Emiliano muestra su recibo de luz, lo revisa y compara con algunos anteriores que tiene a la mano, por cierto encima del refrigerador, que en su interior resguarda los alimentos de la semana y en sus caras exhibe recuerdos familiares y publicidades de comida rápida, adheridos con imanes impresos.
Confía en que en las próximas facturas el ahorro será mayor, porque «ya hice mi canje de focos por lámparas ahorradoras (como parte del Programa Luz Sustentable). Me regalaron cuatro, explica, y dicen (los del módulo) que el consumo de electricidad baja en más de 70 por ciento».
«De hecho, me regalaron como 200 pesos, así de entrada, pero además vamos a cambiar los otros cuatro focos, aunque compremos de una en una, las lámparas. Y vamos a ver qué tanto baja el pago del recibo», precisa.
Emiliano dice que aún no tienen, en su familia, el hábito de desconectar los aparatos electrónicos que no están en uso, para evitar «fugas de energía» o lo que es lo mismo y mejor conocido como el consumo en reposo de electricidad. «Pero eso lo haremos poco a poco».
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