Predicar con el ejemplo, reza el refrán, y qué mejor forma de aplicar la sabiduría popular, que en el cumplimiento de los objetivos globales referentes a la protección del ambiente y, con ello, de nuestro planeta, amenazado hoy por el calentamiento global que hemos provocado los propios seres humanos con el acelerado desarrollo industrial.

Es por ello que el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide) se incorporó de lleno a los compromisos ambientales locales, nacionales e internacionales, y que son parte de los propios de la institución, como lo es el uso eficiente, racional y sustentable de la electricidad.

En este orden de ideas, la licenciada Ada Amelia Andrade Contreras, subdirectora de Administración, explicó que como parte de esas responsabilidades se colocó en la recepción del edificio de oficinas centrales del Fideicomiso, un contenedor para que los empleados, y las personas que lo deseen, puedan depositar las pilas alcalinas, también conocidas como baterías, que ya no les sirven.

Sobre el tema, el ingeniero Manuel Ariel Martínez Castro, gerente de Recursos Materiales del Fide, precisó que ya se han realizado dos depósitos de estos desechos tóxicos en los contenedores que instalaron las autoridades locales y federales en diversos puntos de la ciudad, con el fin de evitar que las pilas “anden rodando por cualquier parte, con el riesgo de contaminar gravemente el ambiente”.

De tal manera, que ya van más de 10 kilos de esos materiales que acopia y deposita el Fide en contenedores oficiales, para que sean destruidos con procedimientos y tecnologías adecuadas para evitar que contaminen el ambiente.

Los directivos del Fide precisaron que estas acciones son parte de los cuatro grandes rubros que promueve la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), con los que se comprometió el Fide y que son: eficiencia en el consumo de electricidad, uso racional del agua, reciclado y evitar el desperdicio de materiales de oficina y acopio y disposición de residuos, como es el caso de las pilas alcalinas.

Por ello es fundamental predicar con el ejemplo, afirma Ariel Martínez, quien hace énfasis en que sólo de esta forma se puede consolidar la enseñanza y fomentar una cultura de la sustentabilidad, para las nuevas generaciones.

Cabe mencionar que de acuerdo a un estudio del Instituto Nacional de Ecología (INE) depende de la utilización y manejo inadecuado de pilas y baterías, el grado del daño que le pueden ocasionar al ambiente.

Se sabe que varios componentes usados en su fabricación son tóxicos y por tanto la contaminación ambiental y los riesgos de afectar la salud y los ecosistemas dependen de la forma, lugar y volumen en que se ha dispuesto o tratado este tipo de residuos, se explica en el documento.

También se calcula que en 43 años, en el territorio nacional se han liberado al ambiente aproximadamente 635 mil toneladas de pilas, cuyos contenidos incluyen elementos inocuos al ambiente y a la salud (en cantidades proporcionalmente adecuadas), como carbón (C) o zinc (Zn), pero también elementos que pueden representar un riesgo debido a los grandes volúmenes emitidos, como es el caso de 145 mil 918 toneladas de dióxido de manganeso (MnO2) y otros elementos tóxicos como mil 232 toneladas de mercurio (Hg); 22 mil 63 toneladas de níquel (Ni); 20 mil 169 toneladas de cadmio (Cd) y 77 toneladas de compuestos de litio (Li).

Dichas sustancias tóxicas representan casi el 30% del volumen total de residuos antes mencionado, es decir, aproximadamente 189 mil 382 toneladas de materiales tóxicos para el periodo comprendido entre 1960 y 2003, se precisa en la investigación del INE.

Aquí, bien vale citar que “las pilas son dispositivos que convierten la energía química generada por la reacción de sus componentes en energía eléctrica. Sus partes internas esenciales son un electrodo positivo y un electrodo negativo (llamados ánodo y cátodo). Dependiendo del tipo de pila, sus componentes están constituidos por sustancias tóxicas como el Hg, Pb, Ni, y Cd, y otras veces por elementos no tóxicos como el Zn, que en cantidades balanceadas forma parte de nuestro organismo (oligoelemento). El tercer componente es un conductor iónico denominado electrolito”.